martes, 4 de mayo de 2010

Adiós al olmo, adiós a las acacias
adiós a todo aquél que pasa
y no es capaz de dar las gracias;
adiós, y buenas a quien repasa
que no hay vida sin naturaleza
ni mal que por bien no venga,
tratar los árboles como maleza
es equivocarse por mucho que convenga.

Alberto Villén


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